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Una cumbre con duras negociaciones

Christoph Hasselbach /EL13 de diciembre de 2012

A través de la unión bancaria europea, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE pretenden estabilizar las finanzas de la región. Pero mientras más concretas son las propuestas, más fuertes son las discrepancias.

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Imagen: DW

Los ministros europeos de Finanzas dejaron a los participantes en la cumbre de Bruselas un acuerdo concreto: los países del euro deben someterse al control de un ente supervisor. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo el miércoles (12.12.2012) ante el Parlamento Europeo, que la cumbre debe arrojar por lo menos un resultado: un compromiso para crear dicho órgano homologado de vigilancia bancaria. “Es el paso más importante hacia una profundización y consolidación de la unión económica y monetaria”, consideró.

Así, desde ahora puede tacharse uno de los objetivos pendientes. El acuerdo para la creación de un organismo supervisor de los bancos en Europa es el primer paso hacia una auténtica unión bancaria. Pero Barroso hizo además una advertencia: “Los programas de ajuste y ahorro deben continuar”, aseveró. La disciplina en los países en crisis es tan indispensable como la ayuda de los miembros más sólidos de la UE, indicó.

Tres grupos, tres intereses

Así fue como Barroso abordó el punto central de disenso. La planeada unión bancaria, a la cual deberá adscribirse el ente supervisor bancario, es vista con lentes distintos. Por un lado, es condición para que los mecanismos de rescate corran directamente hacia los bancos, y no a través de los Estados. Esto significa una gran esperanza, por ejemplo, para España.

EU Friedensnobelpreis Ehrung
Barroso (al centro) durante la entrega del Nobel de la Paz a la UEImagen: Reuters

Otro grupo, encabezado por Alemania, piensa que la unión bancaria debe ser en primera instancia un mecanismo de control. Éste debe estabilizar el sistema financiero en Europa, pero no a costo de la solvencia de los Estados más fuertes.

Y hay aún otro grupo, liderado por Reino Unido. Se trata de países externos a la unión monetaria, pero con fuertes intereses financieros en la zona euro. Estos temen que sobre el Banco Central europeo recaigan atribuciones que no estén al alcance de la influencia de Estados no miembros de la UE.

¿Alzamientos populares?

Además de tal división, ha causado controversia un documento elaborado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Alemania ve en el informe poco impulso a la disciplina fiscal y a la competitividad. Para la canciller Angela Merkel, en estos dos puntos yace la clave de la solución a la crisis europea.

Nigel Farage, del derechista Partido Independentista del Reino Unido, afirma que “la unión bancaria en nada soluciona la enorme brecha de competitividad entre Alemania y los países del Mediterráneo”.

Pretender salvar el euro con permanentes medidas de ahorro conduce finalmente a levantamientos populares, afirma el político. “Si en verdad somos buenos europeos, debemos desmantelar la zona euro y admitir que Grecia, España o Portugal jamás debieron haber ingresado”.

En realidad, ninguno de los jefes de Estado y de Gobierno participantes en Bruselas, ni siquiera el primer minsitro británico, David Cameron, quiere el fin del euro. Sin embargo, la cumbre dará seguramente ocasión para intensas discusiones al respecto.

Autor: Christoph Hasselbach /EL

Editor: Diego Zúñiga