Una jugada peligrosa
22 de noviembre de 2005Le Monde, de París:"Ariel Sharon le apuesta a su gran popularidad e intenta finalizar de un golpe con el Partido Laborista y con el Likud. Pero renunciar al Likud no está exento de peligros. Le resultará difícil convencer a los "barones" del Likud y a algunos representantes laboristas a abandonar sus filas. El jefe de gobierno podría verse obligado además a formular claramente sus intenciones de cara a los palestinos."
Escenario impredecible
La Repubblica, de Roma: "No era difícil predecir que la retirada de la Franja de Gaza tendría consecuencias importantes para la política israelí; pero nadie se imaginó un terremoto como el que se registra en los últimos días: la elección del sindicalista Amir Peretz como presidente Laborista, la dimisión de Sharon del Likud, el anuncio de elecciones anticipadas para marzo próximo. En menos de dos semanas el escenario político en Israel ha cambiado totalmente. Un cambio que refleja las esperanzas que han surgido en una gran parte de la sociedad después del desalojo de la Franja de Gaza y que mejorarán las condiciones de negociación para el surgimiento de un Estado palestino."
El poder calculado
Neue Zürcher Zeitung, de Suiza: "Sharon ha realizado una serie de movimientos políticos audaces que han sorprendido a más de uno de sus seguidores más cercanos, aunque hasta el momento no quede muy claro si se trata de una trampa táctica o si se trata de nuevas bases estratégicas… Las posibilidades de Sharon a ser elegido lo mismo que las de sus principales concurrentes en el heterogéneo espectro político israelí, podría verse influenciado por los palestinos radicales en la Franja de Gaza y la Cisjordania ocupada. Si durante la campaña electoral se registran más ataques terroristas sangrientos, esto no sólo generará más votos para Sharon. Serían las fuerzas radicales en Israel, contrarios a la retirada de la Franja de Gaza decidida por Sharon, las que más se beneficiarían de un desarrollo de este tipo."
El ciclón Sharon
El País, de Madrid: "El primer ministro israelí, Ariel Sharon, de 77 años, ha puesto patas arriba de un plumazo el mapa político en su país… amenaza con destruir el tradicional, aunque cada vez más desmejorado, bipartidismo Likud-Laborismo, insertando entre ambos una tercera fuerza a la que llamará Responsabilidad nacional.
No hay motivo, sin embargo, para augurar que esa formación vaya a ser más generosa con la Autoridad Palestina que la propia derecha nacionalista. Si de centro cabe calificar al nuevo partido, sólo puede deberse a que el Likud se está corriendo aún más a la derecha...
¿Qué puede ofrecer un Sharon reconvertido en centrista? Nadie, ni partidarios ni adversarios, le atribuye más intención que la de abandonar algunas colonias aisladas en Cisjordania, conservando la gran expansión central que se adentra profundamente en los territorios ocupados, con más de 200.000 colonos. Es muy difícil que con esta apuesta vuelva a vivir de nuevo el proceso de paz."