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¿Una nueva crisis mundial?

Henrik Böhme / JAG30 de enero de 2014

Mercados financieros nerviosos, aumento de tipos de interés y divisas bajo presión... El cambio en la política monetaria estadounidense genera turbulencias. ¿Pero es ésa la única explicación?

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Imagen: Getty Images

Erdem Basci, director del banco emisor turco, lo hubiese preferido de otra forma. Tras un drástico aumento de tipos de interés, los mercados financieros de todo el mundo recibieron un respiro. Pero el optimismo duró poco y en seguida comenzó la caída en las bolsas de valores, poniendo a prueba a muchas divisas como el real brasileño, la rupia india o el rublo.

¿Serán indicios de una nueva crisis financiera internacional? Para Holger Schmieding, director económico del Banco Berenberg, está claro que no: “No creo que estemos ante una nueva crisis financiera”. Sin embargo, hay países emergentes expuestos a retos muy serios, “que podrían entrar en una crisis financiera real”, añade Schmieding. Por el contrario, Occidente se encuentra en una posición comparativamente confortable: “no creo que las turbulencias de algunos países emergentes tengan efectos duraderos en el mundo occidental”, continúa.

Otra perspectiva

Además, también sería necesario evluar de forma diferente a cada una de las economías emergentes. Actualmente, los principales problemas los tienen países con crisis políticas como Turquía o Argentina, explica el experto en mercados financieros Christoph Zwermann, de Zwermann Financial. Otros, como la India o Brasil, tienen grandes reservas de divisas y estarían a su juicio en condiciones de defenderse por sí mismos de una crisis.

También Zwermann ve una causa de las turbulencias actuales en el cambio de política monetaria de la Reserva Federal estadounidense, que comienza a recuperar el dinero que durante años fluía fuera de las fronteras de Estados Unidos. “Esto no provocará una crisis. Pero derivará en correcciones intensas del mercado que, por otra parte, son sanas y necesarias”, dice el experto. Y eso afectará a todos, “también a los mercados de valores en las viejas economías”, aclara Zwermann.

Reserva Federal en Washington.
Reserva Federal en Washington.Imagen: picture-alliance/dpa

Pero… ¿es únicamente la Reserva Federal la responsable de tales turbulencias? “EE.UU no es el culpable esta vez”, opina Holger Schmieding. Estados Unidos practicó durante largo tiempo una política financiera muy laxa en interés propio. “Ahora, también por su propio interés, trata de restringirla un poco.”

Además, la situación económica ya se ha robustecido en el país y no se necesita la compra de bonos en las dimensiones de hasta ahora. “Es decir, la Reserva Federal está haciendo su trabajo: guiar a la economía estadounidense”. No se puede responsabilizar a EE.UU del hecho de que algunos países emergentes se hayan aprovechado en los últimos años del dinero barato de Estados Unidos, en vez de avanzar.

Tareas por hacer

Para algunas de estas economías emergentes todavía quedan muchas tareas pendientes. Por ejemplo, tanto Brasil como la India sufren por no haber aplicado las reformas necesarias, apostando después por medias proteccionistas para proteger la economía nacional. En Turquía, la corrupción es un problema que incluso ha derivado en una crisis política, situación que ha frenado el boom del Bósforo debido a la prudencia de los inversores. Por su parte, Argentina nunca consiguió superar realmente la crisis del peso, e Indonesia sigue sin tener base industrial para un crecimiento sostenible. Y con tanta inseguridad, los inversores prefieren buscar un camino más seguro. Un camino que les lleva de vuelta a Estados Unidos, donde la economía vuelve a crecer con fuerza, y a la Eurozona, donde parece que ha pasado lo peor: “Ahora, "peligro" no sería la palabra correcta. Lo que se cierne sobre nosotros es el retorno a la situación normal”, opina Schmieding.

La misma opinión defiende Christoph Zwermann. Sin embargo, el experto sospecha que podría haber más problemas, si las reacciones de los mercados provocan más caídas que hasta ahora, influyendo en la economía real: “A partir de entonces, la cosa se pondría difícil”. Pero por ahora, no hay razón para que cunda el pánico con una economía mundial camino de la recuperación. 2014 será para muchos observadores un año de transición desde una economía apoyada en las emisiones de dinero fresco, a un desarrollo basado nuevamente en el crecimiento. Y en esta fase de transición –o desintoxicación – también habrá turbulencias.