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¿Una receta de patente para la protección del clima?

7 de diciembre de 2010

Para detener el cambio climático, el mundo entero debe trabajar unido. Pero las tecnologías para el uso de energías verdes están llegando muy lentamente desde el norte a las regiones pobres del planeta.

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Falta de visión: un problema con la globalización de las tecnologías verdes.Imagen: Nordex SE

Todos los años, los países más poderosos del mundo se reúnen en cumbres sobre el cambio climático para hablar del futuro. En el 2010, esta cumbre se celebra en Cancún, México, y de ella se esperan mejores resultados que el pasado año en Copenhague: la cumbre de 2009 está considerada generalmente como un fracaso, al no haber podido llegar a más acuerdos que un consenso mínimo no vinculante.

Patentes para la deuda climática

Los países del sur se sintieron especialmente decepcionados: los estados del G77 (actualmente una concentración de 130 países “emergentes” y “en vías de desarrollo”) habían exigido, entre otras cosas, flexibilizar la protección de patentes para las energías renovables, o incluso suprimirla completamente. Su principal argumento era que los países más ricos del norte son los responsables del cambio climático, mientras que los estados del sur sufrían las consecuencias, y por ello se les debía permitir un acceso gratuito a las tecnologías para el uso de las energías verdes: una especie de intercambio en el que las patentes actúan como medio de pago para la deuda climática.

El 80 por ciento de todas las patentes sobre innovaciones en la aplicación de fuentes de energía respetuosas con el medioambiente están registradas en grandes empresas en Japón, Alemania, EEUU, Corea del Sur, Gran Bretaña y Francia. Así lo indica un nuevo estudio del Programa Medioambiental de las Naciones Unidas, el Centro Internacional de Comercio y la Oficina Europea de Patentes (OEP), que se encarga del asunto de la protección de patentes en la transmisión de energías limpias. “El hecho de que los países del norte no compartan su conocimiento sobre las energías renovables supone una desventaja adicional para los países del sur”, dice Aileen Kwa, del South Center, un consorcio internacional de diferentes países en desarrollo.

Energías verdes: una esperanza muy cara

Windrad der Firma Suzlon
Las patentes pueden dificultar el acceso a las tecnologías verdes.Imagen: CC/Nate Grigg

Las energías verdes se establecen como una esperanza para la parte del mundo en vías de desarrollo: no sólo son respetuosas con el medio ambiente, sino que su uso diario supone menores costes que el de los combustibles fósiles, y además proporciona a los ciudadanos una fuente de electricidad independiente de las grandes corporaciones.

Otro importante factor es la descentralización: especialmente en países con una población predominantemente rural, la única oportunidad de tener acceso a cualquier tipo de energía para muchos de sus habitantes son los paneles solares en los techos de las casas o las bombas geotérmicas en los jardines. Pero a menudo faltan los conocimientos para la instalación de estas tecnologías. Por eso es importante no sólo importar los medios físicos, sino también la ciencia para su manejo. Y si para ello se establece una patente, el proceso se encarece.

Y no sólo en el llamado Tercer Mundo hace falta una puesta al día en instalaciones de plantas de energía respetuosas con el medio ambiente: en Croacia, por ejemplo, el desarrollo de tecnologías verdes apenas ha empezado a madurar. Actualmente se trabaja en la expansión de proyectos locales. Así pues, también en “países desarrollados” se suelen vincular las medidas de protección del medio ambiente con altas inversiones para sus principios.

Un intercambio de conocimientos vacilante

Otro obstáculo para la globalización de la protección del medio ambiente es el desconocimiento del norte de las necesidades del sur. “A menudo existe ya una sabiduría indígena sobre la protección de los recursos naturales y energías alternativas”, afirma Kwa. Las tendencias de los países del norte, simplemente, deberían ser aplicadas con conocimiento en los países emergentes y en vías de desarrollo.

Greenpeace Ballon bei der Climate Change Conference in Cancun
La cumbre sobre el Cambio Climático 2010 en Cancún, México: los países del sur esperan una mayor igualdad en lo referente al clima.Imagen: AP Photo/Israel Leal

Rainer Osterwalder, de la OEP, piensa de forma similar: “La transferencia técnica del norte al sur es todavía insuficiente”. Pero no debemos pasar por alto, según él, que algunos países emergentes, especialmente China, crean cada vez más a menudo sus propias innovaciones en el campo de las energías regenerativas. “Las patentes en sí no suponen un problema, pero tampoco una solución”, dice Osterwalder. El problema, según él, tiene raíz más bien en las deficiencias infraestructurales del sur: no existe todavía un mercado de tecnologías verdes, y por tanto se carece de posibilidades para su desarrollo.

Un frecuente malentendido es la idea mundialmente extendida de que cada tecnología está patentada en todos los sitios, cuando en realidad por cada país debe extenderse una patente nueva. “Pero, inevitablemente, una compañía francesa no patentará su nueva tecnología fotovoltaica en Angola si no ve que haya un mercado para este producto en ese país”, explica Osterwalder. Muchos actores del sur no saben que en sus países no existe protección de patentes para muchas de estas tecnologías.

“Calentamiento global de las patentes”

Los críticos ven en la protección de patentes un nuevo obstáculo en la lucha contra el cambio climático. La ex-directora de la OEP llegó a hablar en cierta ocasión de un “calentamiento global de las patentes”. La posibilidad de asignar una patente a un nuevo descubrimiento puede impulsar los esfuerzos de las investigaciones, pero también contribuye al propósito de obstaculizar el desarrollo de competidores en el mismo campo.

El tema jurídico seco y frío de la protección de patentes parece ir calentándose poco a poco: en los países del sur comienza a extenderse el miedo de quedarse solos con las consecuencias del cambio climático, aislados de los principales causantes del norte. Éstos, a su vez, defienden sus valores de libre mercado y de protección de la propiedad intelectual. Y también su supremacía económica, claro. La pregunta de si es adecuada la privatización de los conocimientos sobre energías renovables es este año en Cancún, una vez más, un controvertido tema de discusión.

Autora: Nele Jensch / Lydia Aranda Barandiain

Editor: Enrique López