Uruguay, en busca de (diversificar) inversiones

“Llevamos 18 años negociando y las expresiones de optimismo pierden credibilidad. No sé si culminemos el acuerdo para la Cumbre de Santiago en 2013, pero sí puedo decir que el avance es sustancial”. Así catalogó el ministro uruguayo de Industria, Roberto Kreimerman, el estado de las largas y pesadas negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur. Invitado por Eurochambres, la cámara de cámaras de comercio europeas, el político uruguayo presentó en Bruselas, ante industriales europeos, la estrategia Uruguay XXI: la búsqueda de diversificar el notable crecimiento económico de su país, hasta ahora centrado en el agrobusiness.

¿Corren buenos tiempos para el acuerdo UE-Mercosur?, se preguntaban representantes europeos en el encuentro. Al proteccionismo de la UE en el ramo de la agricultura se suman las tensiones entre los europeos y la Argentina por sus medidas comerciales restrictivas, la suspensión de Paraguay del Mercosur a raíz de la destitución del ex presidente Fernando Lugo y el controvertido ingreso de Venezuela. ¿Pesa esto en el diálogo con los europeos?

“El ingreso de Venezuela ha reforzado Mercosur, inmensamente. La voluntad política de los presidentes se conforma un bloque de un tamaño importante y con recursos humanos, alimenticios, energéticos. Esperamos que el tema de Paraguay sea transitorio, que vuelva al Mercosur. No le vemos más que un futuro positivo. Y en el acuerdo con los europeos, aunque debemos esforzarnos más, hemos avanzado”, respondió el ministro.

Alianzas en el Mercosur

“Nuestro foco principal es el Mercosur, luego toda América Latina”, afirmó Kreimerman. En este sentido, que países como Ecuador y Bolivia toquen a la puerta del gran mercado del sur, para el ministro uruguayo es positivo. ¿Hasta dónde debe ampliarse el Mercosur?

“La integración de cadenas de valor son fundamentales en el modelo actual. El comercio intraindustrial en la región es uno de los más bajos del mundo, comparado con Asia, comparado con Europa. Estamos ante una tercera revolución industrial –después del vapor y del petróleo. Y por eso, por razones históricas y económicas bien claras, la integración de nuestros países en América Latina tiene que ser lo más amplia posible. Es lo que va a permitir avanzar en posiciones de apertura de mercados con otras regiones”, responde el ministro Kreimerman a DW. De esta manera explica –y no como un mohín de desencanto con el bloque sureño- el acercamiento de Montevideo a la joven Alianza del Pacífico, que conforman Chile, México, Perú y Colombia.

¿Un buen lugar para invertir?

Así, en el noveno año consecutivo de un crecimiento económico del 6%, con grandes proyectos de exploración de gas y petróleo offshore, con un sector tradicional agropecuario bien posicionado, con una industria del turismo por explotar, con una dimensión mayor que la suma de Dinamarca, Suiza, Bélgica y los Países Bajos y con una densidad de 19 habitantes por kilómetro cuadrado, Uruguay se presenta ante las cámaras de comercio europeas como un lugar atractivo para “invertir, vivir y trabajar”.

“Europa siempre ha desempeñado un papel importante en Uruguay. El 88 por ciento de su población es de origen europeo, principalmente de Italia”, recuerda por su parte el italiano Arnaldo Abruzzini, secretario general de Eurochambres, la cámara de cámaras de comercio europeas. Algunas semanas antes había participado en la comisión que acompañó al comisario europeo de Industria, Antonio Tajani. La “Misión para el crecimiento” de la Comisión Europea se enmarca en su ofensiva de diplomacia comercial para abrir mercados y puertas de salida de la crisis europea.

Peligroso no diversificar

Con todo, no es una producción para el mercado europeo lo que se ambiciona. “Uruguay impulsa fuertemente la diversificación de mercados; para nosotros es algo clave. En los años 90, la filosofía neoliberal implicaba que uno debía especializarse en pocas cosas y para eso ser muy bueno. Eso demostró ser bastante falso desde el punto de vista económico y aún más peligroso desde el punto de vista del futuro de los países”, dice Kreimerman, ejemplificando su concepto con la minería: "Es una vieja actividad de pequeñas y medianas empresas y una nueva actividad de grandes empresas. La minería de oro y hierro aparecen ahora con mucha fuerza en un sistema de producción no acostumbrado. Hemos logrado un consenso político sobre 41 medidas sociales, ambientales, económicas, provechosas para el país. En ese marco prevemos un desarrollo minero razonable. No pensamos que Uruguay se convierta en país minero, sino que la minería sea una actividad más que diversifique la realidad uruguaya. Como está demostrado, la diversificación es el mejor seguro contra la inestabilidad que tiene el mundo en el desarrollo económico”.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas