Vacaciones de la cárcel para ex terrorista Christian Klar

A partir de julio Christian Klar podrá salir temporalmente de la cárcel, aunque sea en compañía de un agente de seguridad. Klar, el recluso más controvertido de estos días en Alemania, obtendrá además “vacaciones especiales” y será trasladado a Berlín, por pedido propio, en donde terminaría de pagar la pena en “cautiverio abierto”, lo que significa que durante el día pueda estar por fuera de los muros y en las noches regrese a la celda. Klar haría una pasantía para emplearse como tramoyista.

Ésta es una victoria para Klar que había apelado ante la corte regional de Karlsruhe la suspensión de medidas de “ablandamiento” de su pena. Según la condena, Christian Klar cumple apenas en 2009 el tiempo mínimo de su condena (en su caso 26 años), tras la cual es permitido disminuir la dureza de las condiciones del cautiverio como preparación gradual a la recuperación de la libertad.

Gracias a la “buena conducta” de Klar tras las rejas, las autoridades judiciales planeaban favorecerlo con dichas medidas desde 2004. Por intervención del ministerio de Justicia de Baden Württenberg empero, el “ablandamiento” fue frenado. Hecho que llevó al confeso terrorista Klar a apelar a la instancia más cercana.

Un manifiesto de rencor

Pero el escepticismo oficial no surgió de la nada. Desde la cárcel de Bruchsal, en el norte de Stuttgart, Christian Klar había enviado el 13 de enero pasado una carta abierta con motivo de la anual “Conferencia Rosa Luxemburg” que generó asombro, pero sobre todo, dudas sobre si el condenado había renunciado, de verdad, al terrorismo practicado por la Fracción del Ejército Rojo (RAF), por sus siglas en alemán.

En aquella ocasión, el mensaje fue leído públicamente por Heinrich Fink, ex rector, en tiempos de la “Dictadura del proletariado”, de la Universidad Alexander von Humboldt.

“¿Cómo está la situación en Europa?”, se pregunta Klar en su mensaje cuestionando la pertenencia del capital y el poder en el Viejo Continente. “Desde aquí rueda de nuevo una alianza imperial que se toma el derecho de arrasar desde los cielos a todo país que se oponga a la nueva repartición de las ganancias”, prosigue el comunicado con visos de manifiesto.

Para Klar “el trabajo preparatorio lo hacen los Gobiernos y las grandes agencias de relaciones públicas que difunden las ideologías con las que se idolatra todo lo que reduce al hombre a ser usado”. ¿Amenaza o sólo añejas elucubraciones de un prisionero salidas de la amargura de su largo cautiverio? – Por lo pronto, sólo palabras, que aunque puedan ser interpretadas como una consigna a la continuación de la lucha anticapitalista, están lejos de avivar cualquier protesta contra el establecimiento, la industria o el Estado alemanes.

¿Insensible a pesar de un cuarto de siglo en prisión?

Lo que sí parecen revelar las palabras de Klar desde la prisión es que, a pesar de llevar más de dos décadas en la cárcel, su actitud perece ser tan rígida como en sus tiempos de activo militante y sus ideas tan generalizadoras que no tocan a nadie en especial.

La férrea posición de Klar se hace más evidente cuando a pesar de llevar 25 años en la cárcel, en últimas por crímenes que, probablemente no cometió, se ha negado a revelar cualquier información de la organización terrorista, sobre todo, sobre quiénes fueron los reales asesinos.

Christian Klar fue capturado en Hamburgo en 1982 y condenado, entre otros, a seis veces pena de por vida, que según el código penal alemán, corresponderían a 90 años de cárcel, de los cuales se paga, por lo general, un mínimo 15 años. Considerando la “gravedad de su culpa”, la Justicia ordenó que Klar tenía que permanecer no menos de 26 años tras las rejas.

Los autores perdieron la libertad, las víctimas la vida

Según nuevas declaraciones, aparecidas a raíz de una petición de indulto a Christian Klar dirigida al presidente Horst Köhler, quien disparó el arma en el triple asesinato no habría sido él msimo sino Stefan Wisniewski, un ex correligionario en libertad. Es necesario precisar que Klar no sólo fue juzgado por el crimen mencionado.

Las víctimas mortales del 7 de abril de 1977 en Karlsruhe, fueron Siegfried Buback, abogado de la Fiscalía Federal alemana; Georg Wurster, jefe del servicio de transporte de la institución y el conductor Wolfgang Göbel quienes fueron asesinados desde una motocicleta con armas automáticas.