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Valor gaucho para pasar el Muro de Berlín

Cristina Papaleo28 de junio de 2006

Todos se preguntan qué pasará el viernes en Berlín. Mientras los expertos arriesgan pronósticos, el clima del Mundial se calienta por el encuentro Argentina-Alemania, ya un clásico.

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Riquelme se disputa el balón con Schneider durante la Copa Confederaciones 2005.Imagen: AP

Este viernes se juega algo más que un partido. Tanto para los argentinos como para los alemanes se juega la final anticipada del Mundial. El equipo germano demostró ya en la Copa Confederaciones que era capaz de bailar tango. Digamos que en el 2005 tomaron las primeras clases de baile. El problema, para los argentinos, es que Klinsmann ha logrado que lo bailen con tesón germano, lo cual hace del equipo un rival doblemente peligroso, ofensivo y eficaz. En Alemania, el partido del viernes se vive, del lado argentino, con temor, pero sin bajar las defensas. En cambio, los teutones trabajan con la convicción y la seguridad del dueño de casa, quien, para colmo, ya no se deja encorsetar en los clichés de siempre. Y los argentinos, ¿podrán cumplir con lo que se espera de ellos? ¿Qué podrá más? ¿La pasión tehuelche-tanguera o la convicción lógica y el juego afinado de los alemanes? He aquí un análisis entre la Biblia y el calefón.

Guía para tehuelches en tierras teutonas

Según el típico cliché, lo más importante para un alemán son su auto y su casa, es decir, su propiedad. En esto no negocian: lo mío es mío, y cuanto más mío, más lo defiendo. En la cancha, esto se traduciría en posesión de la pelota cueste lo que cueste y, como se ha visto más de una vez, también caiga quien caiga. Así que, ¡argentinos, a las cosas! A tomarse en serio a los germanos, que se vienen con la convicción de campeones del Mundial tatuada en la frente.

Optimistischer deutscher Fussballfan in der Arena Auf Schalke in Gelsenkirchen
Caciques teutones optimistas y en pie de guerra.Imagen: AP

En cuanto a la alegría ítalo-tehuelche de patear creativamente en una de “tomala vos, dámela a mí”, habrá que jugar, pero no tanto. Es decir, será necesario definir en cada posibilidad de gol un tanto contante y sonante. Ya que, si mi intuición de habitante consuetudinaria de estas tierras no me falla, los teutones van en plan tanque-ataque-gol.

BdT Opera Pampa führt Gaucho Opera auf Argentinien
Se requiere destreza y decisión para una victoria gaucha.Imagen: AP

¿Qué pasa si a un alemán le meten un gol, en el fútbol o en la vida? Pasemos otra vez a los clichés: o se deprime al punto de consumirse en el Weltschmerz, o le sale el bárbaro germano y es capaz de pasar por encima de cadáveres, si es que queda alguno, y no fue comido antes por la tribu. Sin términos medios. En la disyuntiva, convendría a los argentinos no dejarse presionar por el contrincante y atacar en el momento menos pensado, rebatiendo así la lógica en la que siempre descansa el inconciente alemán. Sorprenderlos en todo momento, no darles paz: esa es la receta. Y más que nada, no confiar en que estén deprimidos, porque el orgullo y la seguridad del anfitrión seguro van a poder más.

Alemania se latinoamericaniza: peligro de gol

Los alemanes se encuentran, políticamente hablando, en plena debacle anunciada. A pesar de que hay asomos de recuperación económica, el alemán actual, por así decirlo, está viendo como le sacan lo poco que quedaba del estado social, y se abandona un poco más a su suerte.

Fußball, WM 2006, Deutschland - Schweden, 24.06.2006
Se les despertó el indio a los alemanes...Imagen: AP

El pesimismo cunde, pero también cunde el laissez faire y eso de que “el que no arriesga no gana”. Ya no cultiva esas cualidades que lo hacían, precisamente -y otra vez los clichés- alemán. La puntualidad, la laboriosidad, la limpieza, hasta la confiabilidad han pasado a ser, a grandes rasgos, resabios del pasado. Alemania es un pais de inmigrantes, a pesar de que a muchos esto aún no les queda claro, y el equipo alemán no está formado sólo por alemanes jus sanguini, sino que es un reflejo del cambio social. Klose, Podolski, Odonkor son una muestra de ello.

Esto, aplicado al fútbol, daría por resultado un juego más latino, y, con los consejos de Menotti a Klinsmann, tal vez hasta un juego más argentino. Así que acabamos por enfrentarnos a nosotros mismos, pero teutonizados. Argentina es hoy también otro país. Y otro es su fútbol. Juego limpio, perfil bajo. Pero, si no creemos en nosotros mismos, ¿quién va a creernos? Una ola nos recorre por dentro: queremos salir campeones, pero el equipo está como demasiado presionado, demasiado pendiente del contrincante, en lugar de desarrollar su propio juego, de ponerle los ingredientes necesarios y sacar del horno ese manjar que los argentinos esperamos, hambrientos de gloria.

WM 2006 Argentinische Fans in Hamburg
...pero la celeste y blanca no se rinde.Imagen: Matilde Heredia

El círculo se cierra, Argenmania contra Alertina. ¿Qué hacer? ¿Cómo saldrá airosa la albiceleste de este duelo de cíclopes con el ojo cambiado? El once argentino tendría que volver a un poco a la fe ciega para enfrentar a este coloso que se nos viene con el tanque puesto. Que Román Riquelme disfrute más. Que Maxi Rodríguez meta más goles zen. Que Lionel Messi juegue a creer que va a meter el gol, y lo meta. Y que los alemanes vuelvan a ser alemanes y a jugar como siempre: no tan bien, por favor.