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Venezolanos en Colombia: un reto para nativos e inmigrantes

José Ospina-Valencia
20 de noviembre de 2018

La inmigración de venezolanos pone a prueba los sistemas de atención social en Colombia, que aún no está preparada. El reto es atender a los migrantes y permitirles una integración, en beneficio de ambas partes.

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Campamento de inmigrantes venezolanos en Bogotá.
Campamento de inmigrantes venezolanos en Bogotá. Imagen: DW/F. Abondano

Las autoridades de Colombia expulsarán a 14 hombres y una mujer venezolanos que protagonizaron desmanes este 19 de noviembre en un campamento humanitario de Bogotá, al que habían sido trasladados más de 400 inmigrantes que vivían en la indigencia. Migración Colombia le confirmó a DW que los deportados serían entregados a las autoridades migratorias de Venezuela en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica a Cúcuta con San Antonio del Táchira, en Venezuela.

El creciente número de inmigrantes venezolanos sin recursos parece estar sobrepasando las capacidades de atención en seguridad, salud y techo que pueden ofrecer las autoridades colombianas. "Colombia solo puede ofrecer soluciones a la masiva inmigración de venezolanos si logra cooperación internacional”, advierte en DW el profesor Jochen Oltmer, historiador especializado en migraciones de la Universidad de Osnabrück, quien teme que "si bien, hasta ahora no hay políticos que instrumentalicen la inmigración para ganar votos, la lucha por la distribución de los pocos recursos, por puestos de trabajo y servicios estatales, puede llegar a generar mayores tensiones sociales y políticas”.

Unos pocos le generan dolores de cabeza a muchos

Ante el anuncio de "quince venezolanos violentos deportados”, dicen los unos en Colombia "al fin”, mientras otros exclaman "inhumano”. El profesor Oltmer insta a poner el caso en contexto. "En los varios años que ya dura la crisis humanitaria de los venezolanos migrantes en Colombia, este es el primer caso de este tipo”, recuerda este estudioso de la situación migratoria. "Si bien la migración masiva nunca está libre de problemas, lo cierto es que 15 personas deportadas por conductas reprochables de entre más de un millón de venezolanos que permanecen en territorio colombiano no es una cantidad que deba generar mayor preocupación”, opina Jochen Oltmer.

Pero mientras unos hablan de "choque de culturas”, otros creen que se trata de un "choque de posturas”. Para Stéphanie López Villamil, coordinadora del Grupo de Investigación de Migraciones y Desplazamientos de la Universidad Nacional de Colombia, "el hecho de que algunos venezolanos no aceptaran las reglas de convivencia de su campamento de refugiados y robaran alimentos es un comportamiento que suele suceder en situaciones de crisis humanitaria”.

Oltmer regresa al escenario en el que tiene lugar la masiva entrada de venezolanos a Colombia y agrega las dificultades que se dan en Colombia, como país receptor, y Venezuela, como expulsador de sus ciudadanos. "Los venezolanos salen de su país en crisis política y humanitaria, y llegan a Colombia, un país que busca recomponerse, tras medio siglo de conflicto armado”.

Obra de equilibrio: atender a inmigrantes, sin desatender a nativos

Para el historiador Jochen Oltmer, que ha estudiado los efectos que pueden tener las migraciones en los países receptores, "es importante atender las quejas de los nativos que ven degradados los servicios que pagan, porque las municipalidades han agotado sus recursos en la atención de los migrantes, porque aquí podrían generarse graves problemas de resentimientos que luego pueden ser capitalizados por xenófobos e instrumentalizado por políticos”.

Justo para evitar el surgimiento y escalada de estos problemas, Oltmer recomienda que, "teniendo en cuenta que los recursos de Colombia son escasos, las autoridades le deberían apostar a buscar una solución conjunta y efectiva con organismos internacionales como Naciones Unidas”.

La migración, la integración y su éxito siempre es un camino de doble vía. ¿Qué tanto se "integran” los venezolanos en Colombia? "La gran mayoría lo hace”, acota la politóloga Stéphanie López Villamil, quien investiga el acceso de los niños venezolanos al sistema educativo en Colombia. López Villamil destaca que "muchos venezolanos que atendieron el censo de inmigrantes, realizado hasta mediados de año, ya pueden trabajar, tener acceso a salud y educación”, y recuerda que "los primeros migrantes venezolanos nunca tuvieron problemas porque pueden pagar salud y educación privadas”. Para López Villamil, "los problemas surgen debido a que los migrantes sin recursos que han llegado en los últimos meses no han logrado ‘regularizarse'”.

No solo por solidaridad, también por obligación internacional

En definitiva, concluye Stéphanie López, "por lo general, los colombianos han recibido bien a los venezolanos, a pesar de las dificultades: los colegios reciben a sus niños, los hospitales atienden a enfermos y los empresarios les dan trabajo. Solo que el Estado debe hacer mucho más, no por mera solidaridad, o por devolver favores, sino porque Colombia está obligado por tratados internacionales de atención al migrante”.

Por último, el profesor Jochen Oltmer pone el dedo en la llaga de la "distorsión que genera la masiva difusión mediática de hechos de violencia en relación con la migración”. De acuerdo al profesor Oltmer, "está demostrado que los pocos casos de violencia que surgen en medio de movimientos migratorios no están en ninguna relación con el impacto negativo que dejan entre la población”. Una dinámica en la que pierden todos.

(er)