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Venezuela: ¿entre la autocracia y la democracia?

Evan Romero-Castillo (PK)8 de diciembre de 2015

En el ámbito político y académico alemán, el clamor de que el “Socialismo del siglo XXI” murió en Venezuela y de que la izquierda populista pierde terreno en América Latina da pie a opiniones disímiles. Tres visiones.

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En la imagen, la parada militar con que se celebró en 2012 el vigésimo aniversario de la intentona golpista liderada por Hugo Chávez.
En la imagen, la parada militar con que se celebró en 2012 el 20º aniversario de la intentona golpista liderada por Hugo Chávez.Imagen: Reuters

Al presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013) nunca le faltaron asesores; pero, cuando él hablaba de su proyecto político, la mayoría de sus seguidores y simpatizantes le atribuía sin dudas la autoría de la “Revolución Bolivariana” o, por lo menos, la energía vital que le dio impulso a la idea del “Socialismo del siglo XXI”. Después de su muerte (5.3.2013), ambas nociones quedaron asociadas al movimiento que lleva su apellido –el chavismo– y en manos de su sucesor, Nicolás Maduro, para ser defendidas.

Este 7 de diciembre, más de uno se apresuró a dar por sepultado al chavismo tras enterarse de la arrolladora mayoría parlamentaria obtenida por la oposición en las elecciones legislativas del domingo (6.12.2015), suponiendo –con razón o sin ella– que el presidente Maduro no podría llegar hasta el final de su mandato con la Asamblea Nacional en contra. ¿Qué fundamento tiene la afirmación de que el chavismo ya dio su último aliento o de que el “Socialismo del siglo XXI” está amenazado de extinción?

En el ámbito político y académico alemán, esas afirmaciones han dado pie a opiniones disímiles.

Hiperbólicas reacciones

“¡Qué candidez! ¿Por qué no prescindir de la hipérbole? ¿Cómo se puede argumentar que el socialismo, una idea de alcance global, fue aniquilada en una elección legislativa de carácter local? Y, en lo que respecta a la presunta ‘muerte del chavismo’, pienso que los ganadores de la contienda parlamentaria venezolana deberían tratar con menos malicia a quienes la perdieron. Yo desaconsejaría seguir usando esa clase de expresiones”, dice el vicepresidente de la fracción parlamentaria de La Izquierda alemana, Wolfgang Gehrcke.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es la coalición de los partidos antichavistas venezolanos.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es la coalición de los partidos antichavistas venezolanos.Imagen: Reuters/C. Rawlins

“La aserción de que ‘el chavismo ha muerto’ no me parece ingenua, sino una reacción razonable a los sorpresivos resultados de los comicios legislativos y a la claridad con que la mayoría de los venezolanos está pidiendo un cambio de Ejecutivo. Chávez implementó políticas sociales de las que la población sacó provecho; no obstante, confío en que el próximo Gobierno estará dispuesto a continuarlas”, señala el diputado democristiano Reiner Meier, miembro del Grupo para Asuntos Germano-Sudamericanos del Bundestag.

¿Larga vida al chavismo?

“Al hacer esas aseveraciones, algunos dirigentes opositores están actuando con la misma arrogancia exhibida por los chavistas en el pasado. Ellos se están sobreestimando al pedir, prácticamente, la cabeza de Maduro”, advierte Fernando Mires, profesor emérito de la Universidad de Oldenburg, recordando que millones de venezolanos siguen identificándose con el proyecto chavista y apoyándolo. A su juicio, no es sabio alienar a esa población mediante provocaciones. “La oposición debe tenderle la mano”, propone el experto.

Henrique Capriles Radonski ha sido candidato presidencial de la oposición unificada en dos ocasiones.
Henrique Capriles Radonski ha sido candidato presidencial de la oposición unificada en dos ocasiones.Imagen: Reuters/M. Bello

Mires niega que el chavismo haya expirado como movimiento político, pero aprovecha la ocasión para refutar la tesis de que el chavismo se consolidará en Venezuela como lo hizo el peronismo en Argentina. Aunque ciertas voces de la oposición han llegado a criticar el discurso del dirigente Henrique Capriles Radonski, describiéndolo como una suerte de “chavismo light”, el especialista de Oldenburg desestima ese reproche como una imputación de “los sectores más intolerantes de la derecha venezolana”.

“Chavismo light

“Capriles Radonski es el líder ideal para establecer vínculos entre la oposición y los sectores beneficiados por el ‘chavismo social’; pero no cabe acusarlo por eso de cultivar un ‘chavismo light’. Capriles Radonski es uno de los dirigentes opositores que más aptitudes ha mostrado a la hora de atender las demandas populares; al contrario de otras figuras prominentes, como María Corina Machado y Leopoldo López, él se ha aventurado en los bastiones rurales donde el chavismo era fuerte”, responde Mires.

De cara a las teorías que circulan sobre un retroceso de la izquierda al sur del Río Bravo, supuestamente evidenciado por los resultados de las elecciones presidenciales argentinas y los comicios legislativos venezolanos, el catedrático recomienda no aplicar a América Latina las herramientas usadas para analizar los sistemas políticos europeos. “En América Latina la pugna no se da entre derecha e izquierda, sino entre autocracia y democracia. Yo veo más izquierda en la oposición venezolana que en el chavismo”, admite Mires.