Venezuela, omnipresente en España
7 de junio de 2016
Los comicios legislativos españoles se repetirán el 26 de junio con la esperanza de que un partido o una alianza obtenga una mayoría irrebatible, al contrario de lo que ocurrió en las elecciones del pasado 20 de diciembre. Oficialmente, la campaña comienza este jueves (9.6.2016); pero los habitantes del país ibérico tienen la impresión de que allí no se ha parado de hacer propaganda desde hace seis meses. Uno de los temas recurrentes ha sido la crisis venezolana, pese a que la mayoría de los españoles –56 por ciento, según una encuesta del diario ABC– se resiste a creer que el destino del país caribeño incida sobre el suyo.
¿Por qué, entonces, se ha involucrado tanto la clase política española en el conflicto interno de Venezuela? En mayo, faltando un mes para que sus compatriotas fueran a las urnas, el “hombre fuerte” de Madrid, Mariano Rajoy (Partido Popular), le concedió la nacionalidad española a los familiares más cercanos de Leopoldo López, el preso político más prominente del Gobierno venezolano, y Albert Rivera (Ciudadanos) viajó a Caracas para criticar al Ejecutivo de Nicolás Maduro desde el Parlamento local. El 4 de junio, el aliado de la formación Podemos (Unidos Podemos) insistió en ufanarse vía Twitter: “Sí, los de Izquierda Unida somos chavistas”.
El chavismo, trillado tópico
Ese mismo día, el exmandatario español José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) –uno de los posibles mediadores en el diálogo chavismo-antichavismo, que aún está por concretarse– se convirtió en el primer líder internacional en recibir autorización de Maduro para reunirse con López en su celda. “Rodríguez Zapatero está haciendo un magnífico trabajo para España y América Latina. Hay que felicitarle, desearle mucha suerte y dejarle trabajar”, dijo el líder de Podemos, Pablo Iglesias, agregando dos días después que la coalición Unidos Podemos estaba “llamada a gobernar” en España junto al PSOE. El PSOE no comparte esa particular aspiración de Iglesias.
“La omnipresencia de la ‘cuestión venezolana’ en el debate político español ya se veía venir mucho antes de los comicios de diciembre de 2015 debido a los nexos que la cúpula de Podemos tuvo en un momento dado con el chavismo; vínculos que, por cierto, nunca negó”, comenta Nikolaus Werz, de la Universidad de Rostock, coincidiendo sin proponérselo con voceros del PSOE según los cuales la crisis venezolana “vino a la política española de la mano de Iglesias”. Sin embargo, Werz hace énfasis en que el interés de los políticos ibéricos por la nación sudamericana también es atribuible al veloz crecimiento de la comunidad venezolana radicada en España.
El factor demográfico
“La mayor cantidad de solicitantes de asilo no proviene del Cercano Oriente ni del Magreb, sino de Cuba y Venezuela. Y hay decenas de miles de venezolanos que ya se han nacionalizado. Quienes tienen el pasaporte español tenderán a votar por el Partido Popular o por Ciudadanos”, asegura el experto de Rostock, aclarando que la gran confrontación en el espectro político español se registra entre Podemos y el resto de los partidos de centro y centro-derecha, sobre todo entre Podemos y el Partido Popular. Eso ayuda a explicar las coincidencias de los socialdemócratas y los conservadores de cara a la erosión de la democracia en Venezuela.
“El actual jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el exmandatario José María Aznar, ambos del Partido Popular, se unieron al expresidente socialdemócrata Felipe González –cosa que no harían bajo ninguna otra circunstancia imaginable– para pedir la liberación de los presos políticos en Venezuela”, señala Werz, recordando, por otro lado, que el Estado europeo tiene intereses por defender en la nación latinoamericana: 200.000 ciudadanos españoles y numerosas empresas donde ondea su bandera. A juicio de Günther Maihold, de la Fundación Ciencia y Política (SWP), de Berlín, Venezuela es el único tópico de política exterior a la mano.
Estrategia electoral
“Ningún otro asunto de la política exterior española se presta para un auténtico debate político. La cuestión venezolana permite polarizar; de ahí que todos los partidos la hayan instrumentalizado en la campaña electoral”, subraya Maihold. “Además, los especialistas españoles que asesoraron campañas electorales en países latinoamericanos se percataron de que podían aplicar en España la misma estrategia usada al otro lado del Atlántico: presentar al chavismo venezolano como el gran enemigo y atizar el temor a que la izquierda local importe el modelo político-económico impulsado por Hugo Chávez y sus acólitos”, cuenta el investigador.
“Todo lo malo que ocurra en Venezuela será esgrimido en el debate político español para asociar negativamente a Podemos con el establishment chavista”, acota Maihold. En las urnas se verá qué tan persuasiva resultó la cercanía ideológica de Podemos y el chavismo para los seguidores más fieles de la izquierda antisistema y para sus simpatizantes menos comprometidos. Pero, ¿en qué derivará, a largo plazo, la tendencia de los españoles a pronunciarse e incidir sobre la política interior venezolana? “Esa es un arma de doble filo para Madrid: mientras más se involucre España en los problemas internos de Venezuela, más se esperará de ella cuando llegue la hora de reconstruir a ese país”, dice Maihold.