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Venezuela: purga en el seno del chavismo

Evan Romero-Castillo27 de junio de 2014

Criticado desde su seno y presionado por una grave crisis económica, el partido que gobierna en Venezuela parece emprender una purga para librarse de quienes le impiden implementar reformas con un talante más pragmático.

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Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.Imagen: Reuters

Faltando un mes para que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, asista al tercer congreso del partido de Gobierno y asuma oficialmente el liderazgo del chavismo institucionalizado, su imagen no podría estar más empañada: este miércoles (25.6.2014) suspendió al director nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el exministro de Educación Héctor Navarro, por respaldar públicamente las denuncias de corrupción e incompetencia hechas por Jorge Giordani. El 18 de junio, un día después de haber sido destituido como ministro de Planificación, Giordani publicó una carta abierta donde ponía en duda el don de mando de Maduro.

El exministro de Planificación, Jorge Giordani (izq.), junto al presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes.
El exministro de Planificación, Jorge Giordani (izq.), junto al presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes.Imagen: Reuters

El “chavismo pragmático”

Otras voces se han sumado a las de Giordani y Navarro, prominentes ideólogos de la “revolución venezolana” cuando Hugo Chávez (1999-2013) vivía, haciendo evidentes las tensiones que amenazan la cohesión del PSUV. Pero, según Víctor M. Mijares, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA) de Hamburgo, eso sólo facilita la purga de los funcionarios cuya rigidez ideológica se ha convertido en un lastre para un barco que hace aguas. “El costo de apartar a izquierdistas ortodoxos como Giordani es bajo porque éstos no tienen poder real; no movilizan votos ni son una amenaza para el monopolio estatal de la violencia”, explica el experto.

“De ahí que los izquierdistas más radicales estén siendo desplazados con relativa facilidad por los menos dogmáticos”, dice Mijares, agregando que los primeros no sólo incomodan al Gobierno por llamar la atención hacia el enriquecimiento ilícito de funcionarios chavistas, militares y allegados, sino también por su intransigencia de cara a la necesidad de reformas económicas. “El chavismo pragmático sabe que su supervivencia política depende de rescatar la economía venezolana y eso no es posible con personalidades como Giordani en el Ministerio de Planificación o en el Banco Central”, señala el analista del GIGA.

A la derecha, Diosdado Cabello durante la juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.
A la derecha, Diosdado Cabello durante la juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.Imagen: REUTERS

Más que lealtad, supervivencia

“Hasta el propio Maduro se ha aproximado a la posición pragmática de su supuesto rival, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; no por solidaridad o lealtad, sino porque ambos saben que la tragedia económica de Venezuela puede destruir al chavismo como fuerza hegemónica y como opción política a futuro”, sostiene el politólogo de Hamburgo. Manuel Silva Ferrer, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín y del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco), adscrito a la Universidad Central de Venezuela, coincide con Mijares.

“Pese a su miopía ideológica, Maduro ha intentado acercarse a los empresarios con miras a reanimar el aparato productivo que Chávez y Giordani destruyeron aplicando un programa económico absurdo. Ni Giordani ni el Gobierno asumen el fracaso del modelo económico vigente; pero, tras quince años de planificación centralizada de la economía, el estamento chavista se está viendo obligado a implementar grandes cambios en materia de controles de cambio y de subsidios, por ejemplo. Eso es lo que está detrás de las fricciones que estamos viendo en el seno del PSUV”, comenta Silva Ferrer.