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Venezuela: ¿una Justicia a medida?

José Gayarre
16 de agosto de 2017

Los cambios propuestos por las autoridades de Justicia venezolanas apuntan a endurecer las penas contra los “traidores a la patria”. ¿Hay legitimidad para esos cambios?

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Venezuela - Präsident Nicolas Maduro
Imagen: Reuters/U. Marcelino

El curso del cambio en Venezuela continuó esta semana con el acto que ratificó en el cargo al presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, ante la Asamblea Nacional Constituyente. Moreno aprovechó la sesión para esbozar reformas en la administración de Justicia, apelando incluso a "revolucionar el sistema judicial”.

 

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Entre otras cosas, el presidente del TSJ propuso un aumento del límite de las penas en casos de delitos graves como homicidio, traición a la patria o terrorismo, llegando a pedir hasta 50 años de prisión. "Las penas de los delitos graves que más daño le hacen a la sociedad nos parece que no corresponden a la magnitud del daño causado. Se requiere que se revise el tope de 30 años previsto en nuestra Constitución", aclaró Moreno.

¿Justicia legítima?

En este contexto, tales cambios en la administración de Justicia podrían plantear dudas sobre la competencia de la Asamblea Nacional Constituyente para implantar esas reformas en la Justicia. Como explica a DW Carmen Beatriz Fernández, experta en comunicación política y profesora de la Universidad de Navarra, las dudas de la legitimidad de la ANC comienzan por la forma en que fue convocado el proceso, pero la estocada final llegó con el gigantesco fraude electoral de la Constituyente. "En ese sentido, la legitimidad es mínima”.

Venezuelas Außenministerin Delcy Rodriguez
Delcy Rodríguez, de la ANC. Imagen: picture-alliance/dpa/Prensa Miraflores

En el marco de las reformas, también podrían verse afectados los casos que se abrieron contra civiles durante las protestas de los últimos meses y fueron llevados ante tribunales militares.

Según la presidenta de la ANC, Delcy Rodríguez, la asamblea habría recibido una solicitud del presidente Nicolás Maduro para remitir estos casos a los tribunales correspondientes. Así, sus expedientes pasarían a la llamada "Comisión de la Verdad,  la Justicia, la Paz y la Tranquilidad Pública”, también presidida por ella. 

Entre otras cosas, esa comisión exige que todas las personas e instituciones venezolanas colaboren con ella so pena de ser castigadas por las leyes penales. Además, será responsable de actos como la difusión de contenidos que inciten a la "violencia” y el "odio”, y comportamientos que afecten a "la vida e integridad personal, (...) física, psíquica o moral, a la libertad personal, a la tranquilidad, al patrimonio público y al sistema socioeconómico nacional”. 

Miedo e intimidación…

Por su parte, Carmen Beatriz Fernández no duda en calificar esta comisión como un instrumento punitivo hecho a medida de un régimen dictatorial. "En realidad se podría llamar comisión de la Pos Verdad”, matiza haciendo referencia al neologismo: "Lo que saldrá de ahí será un producto hecho a medida de sus diseñadores”.

Sobre las intenciones de la ANC, la experta señala que están orientadas a infundir el terror entre los opositores. "No lo digo yo. También lo viene diciendo uno de los grandes promotores, Diosdado Cabello, cuando hablaba de la Operación Tun Tun”. Dicha operación se anunció en mayo y fue bautizada en alusión al sonido al tocar a la puerta de una residencia cualquiera. Según dijo entonces el dirigente chavista Cabello, con el objetivo de neutralizar a "terroristas que atentan contra el proyecto revolucionario”.

… en busca de legitimación

Como razón última para infundir este miedo en la población y los opositores, Carmen Beatriz apunta a la búsqueda de una fuente de legitimidad por parte del gobierno. En el caso del régimen de Maduro, esa fuente no le llega a través de un levantamiento, ni por las elecciones, ni por destacar en su gestión de gobierno, explica: "Por eso están buscando apelar al terror como fuente de legitimidad”.

Sin embargo, ante la compleja situación actual es difícil prever los efectos de ese "miedo” sobre la ciudadanía. Las movilizaciones están impulsadas por motivos más allá del cambio de gobierno. "La valentía de las protestas obedece, en parte, a la lucha por la subsistencia. Ya se ha llegado a límites incompatibles con la vida como la falta de alimentos y medicinas”, afirma Carmen Beatriz Fernández, "y cuando se lucha por la subsistencia uno se la juega con valentía”.

Autor: José Gayarre (VT)