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Violencia en los colegios

18 de octubre de 2002

Un chico de 16 años entró en una escuela en la ciudad de Waiblingen y tomó a varias personas como rehenes. Alemania teme revivir el shock de Erfurt.

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La policia ante el edificio escolar en el suroeste alemánImagen: AP

Noviembre del 1999. Un joven de 15 años asesina de 22 puñaladas a su profesora de historia, de 44 años, ante el resto de los alumnos en un colegio de Meissen, en el norte de Alemania. El motivo: odio.

La violencia en los colegios alemanes no es nada nuevo. Lo nuevo es la agresividad y la capacidad de jóvenes de asesinar a sangre fría a alumnos o profesores en su propio colegio.

El 26 de abril, un joven de 19 años, quien había sido expulsado de su colegio, ingresó al establecimiento sacó un arma de su mochila y comenzó a disparar en las salas, los pasillos y los baños. El triste saldo fueron 17 personas muertas, entre alumnos y profesores.

Buscando causas

¿Qué llevaría a este joven a cometer un acto tan atroz? Tras incidentes como estos, no faltan los intentos de explicación, las demandas y las acusaciones. Algunos culpan a la televisión, con sus shows que incentivan la estupidez, películas de extrema violencia, telenovelas "realistas".

Pero la tele parece haber perdido su atractivo como chivo expiatorio. Todos la vemos. Y no todos andan con pistolas cargadas por los pasillos de los colegios o los supermercados. Precisamente después de la catástrofe de Erfurt pareció que algunos de los medios de comunicación, expertos y, por supuesto, políticos habían encontrado la causa de todo el Mal: los videojuegos.

Counter-Strike

El puro hecho de que el joven de Erfurt fuera un fan del juego sangriento Counter-Strike llevó a los lideres del partido conservador alemán a exigir la prohibición de esa "basura". Como siempre, el populismo rápido se impuso sobre la reflexión. Más tarde, una oficina federal examinó el juego y decidió que no existían suficientes razones para prohibirlo.

De este modo la sociedad sigue desamparada y sin concepto ante un fenómeno que se pudo haber previsto.

Este 18 de octubre, un alumno de 16 años entró en una escuela en el suroeste de Alemania y tomó a varias personas como rehenes. Después de 6 horas el secuestro terminó sin derramamiento de sangre. ¿Suerte?

No. También Erfurt se repetirá. Sólo es cuestión de tiempo. El país se horrorizará y se escucharán pronunciamientos por parte de los políticos, numerosos padres exigirán justicia y se nombrarán comisiones investigadores. Lo único que cambiará serán los nombres de las ciudades.