Viviendas en Alemania: escasez y precios por las nubes
21 de julio de 2017Por 30 euros se pueden comprar muchas cosas en Alemania: un ramo de flores, un videojuego, uno o dos libros y un metro cuadrado de piso en una buena zona en la ciudad de Múnich, según la revista "Finanztest".
Según el baremo del índice de alquiler en Alemania F+B, que compara los precios de alquiler en el país, el alquiler promedio, es decir, sin calefacción, electricidad, agua y demás gastos, era en Múnich de 11,18 euros por metro cuadrado, un 71% más alto que el promedio del país. En Hamburgo, Berlín, Stuttgart, Düsseldorf o Fráncfort es cada vez más difícil encontrar pisos de alquiler económicos.
Faltan un millón de viviendas
También la compra de viviendas se ha encarecido. El motivo de esta espiral de precios es la demanda continua y la escasa oferta, sobre todo en el centro de las ciudades más atractivas. La ciencia llama este fenómeno reurbanización. "La mitad de una promoción estudia en las ciudades y no en las zonas rurales. Está claro que las ciudades atraen a los jóvenes", dice Susanne Heeg, catedrática de Geografía Humana en la Universidad Goethe de Fráncfort. Quien puede permitírselo, se queda tras estudiar la carrera en las ciudades.
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Hasta 2020 y según el Instituto Federal de Construcción, Urbanismo e Investigación Espacial (BBSR), se construirán anualmente 350.000 viviendas para cubrir las carencias del país. Según la Asociación de Inquilinos de Alemania (DMB) falta un millón de viviendas en Alemania. En 2016 se construyeron 53.000. Además y según el Instituto Pestel, 100.000 viviendas sociales desaparecieron del mercado en 2016.
"Una simple lógica de mercado"
Muchas de las antiguas viviendas públicas han pasado a manos de consorcios. La asociación de viviendas más grande del país, Vonovia, administra más de 300.000. Uno de sus objetivos es "lograr ganancias a través del aumento constante del alquiler, que se transfiere al accionista. Para él, la vivienda no tiene relevancia, pero sí la ganancia", dice Heeg.
Muchas de las viviendas que se construyen nuevas en los centros de las ciudades sin compradas por personas que las ven como un plan de pensiones. "Aparentemente se puede ganar más con la construcción de viviendas en propiedad y por eso tienen prioridad. Es una simple lógica mercantil", critica el director de la DMB, Lukas Siebenkotten.
¿Una segunda Francia?
La escacez de vivienda afecta sobre todo a las personas del tercio más bajo de la sociedad. "Solo uno de cada cinco hogares económicamente débiles tiene ahora la oportunidad de encontrar una vivienda de prestación social", aparece en la web del Instituto Pestel. La DMB advierte de una "segregación social" si se sigue excluyendo a la gente más pobre de los barrios urbanos.
Existe el temor de que "en Alemania surja una situación parecida a la de las grandes ciudades francesas, donde la población pobre vive en suburbios", dice Heeg.
Además de que ciertos grupos de personas se vean obligados a abandonar los centros urbanos por no poder costear el alquiler, también podría pasar que "la gente consuma menos, no viaje de vacaciones", añade la experta.
No es un tema central en las elecciones
La política alemana parece haber reconocido el problema. La Ministra de Construcción, Medio Ambiente y Protección Nuclear, Barbara Hendricks, explicó esta semana que la ofensiva de construcción de viviendas del Gobierno es "uno de los temas más importantes de nuestro país, que ha pasado a formar parte de la agenda política gubernamental". Se han triplicado los medios para la construcción de viviendas sociales en 1,5 mil millones de euros.
Sin embargo, el tema no ha despertado interés en la campaña política. El Gobierno en coalición quiere fomentar la construcción de viviendas y la oposición ofrece numerosas propuestas, pero en el programa electoral están escondidas. "Esto se contradice totalmente con el estado de ánimo de la población", explica Siebenkotten.
"Algún día tendrá que producirse un cambio en el asunto"
Para que la situación mejore, la DMB exige la construcción de 200.000 nuevas viviendas de alquiler al año como mínimo. De estas, 80.000 deberían ser de protección social. Habría que engatusar a los inversores con desgravaciones fiscales o subvenciones de inversiones, pero al mismo tiempo se debería limitar el precio del alquiler
La situación no se va a relajar por sí sola, es improbable. Susanne Heeg explica que " a corto o largo plazo, los precios deben bajar, teniendo en cuenta los límites de los ingresos actuales. Algún día tendrá que producirse un cambio en el asunto, pero no sé cuándo". Hasta ese día, lo normal será ver colas de gente visitando las viviendas que deseen comprar o alquilar.
Helena Kaschel (RMR/VT)