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Volker Schlöndorf, siempre joven

Mirra Banchón31 de marzo de 2004

Volker Schlöndorff, uno de los grandes directores del cine alemán, llega a los 65 años con una larga lista de obras cinematográficas a su haber. También con aires renovados.

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Volker Schlöndorff: ojo crítico de cineasta.Imagen: dw-tv

Uno de los mayores exponentes del "Joven cine alemán" ha llegado a una venerable edad. A pesar de que pasados los 65 comúnmente ya no se es "joven", Volker Schlöndorff hace gala de innovación. Siendo un reconocido director cinematográfico y después de haber acuñado la adaptación al cine de densas obras literarias, se atrevió por ejemplo a incursionar en el teatro con una obra ligera, lo cual podría verse como una prueba de genio juvenil.

Primeros pasos

Nacido en Wiesbaden en 1939, teniendo sólo quince años, realiza estudios de dirección en la Escuela de Cine de París. Tiempo después, trabaja como asistente de directores de la talla de Alain Resnais y Louis Malle. Como realizador debutó con la cinta El joven Törless (1966), adaptación de la novela homónima de Robert Musil, con la que resultó premiado en el Festival de Cannes, Francia.

Pause beim Dreh der "Blechtrommel"
Günter Grass, David Bennent y Volker Schlöndorff , durante el rodaje de El Tambor de Hojalata. (1979)Imagen: dpa

Primeros honores

Prosiguió con valiosas adaptaciones de la literatura tales como; El rebelde (1969), de Heinrich Von Kleist; El honor perdido de Katharina Blum (1975), de Heinrich Böll; Tiro de gracia, de Marguerite Yourcenar, y El tambor de hojalata, de Günter Grass, película por la que se hizo acreedor a la Palma de Oro del Festival de Cannes y al Oscar a la mejor producción extranjera en 1980.

Es esta obra la que lo hace famoso a nivel mundial, y la que se asocia al nombre Schlöndorff. La adaptación de la extensa novela de Günter Grass -cuyo protagonista es un niño que se niega a crecer- fue el mayor éxito de taquilla de la posguerra. Su importancia no radica sólo en ello, sino en que logra conjuntar en misma pluma lo épico, lo grotesco, lo sensual y lo tierno. Analistas opinan que, a pesar de los grandes recortes al original literario, la esencia de la obra de Grass pasó al celuloide no en último lugar debido a los recursos utilizados por el director, tales como la inolvidable voz del niño, Oscar, contando todo lo que faltaba en los saltos temporales, o la cámara a la altura de sus ojos infantiles, traspasando su visión subjetiva.

Su cinta más personal

En 1991, Schlöndorff realiza lo que él denominó su proyecto más personal: El viajero, Homo Faber en alemán. Se basa en la novela homónima de Max Frisch, el reconocido escritor suizo que murió dos meses después del estreno. En El viajero -película en la que el ingeniero Walter Faber sin saberlo se enamora de su propia hija- un círculo de coincidencias asfixian a su protagonista. Esta película, el segundo mayor éxito de Schlöndorff en Alemania, es para los críticos su película más calma, también la más poética.

En Enigma, el protagonista es Mario Adorf (73), uno de los personajes principales del Tambor de Hojalata. Con esta comedia de boulevard de Eric-Emmanuel Schmitts, el director alemán celebró en 2004 su 65 aniversario.