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VW: acrobático balance trimestral

Rolf Wenkel (rml/vt)28 de octubre de 2015

VW reserva 6.700 millones de euros para asumir las consecuencias del escándalo por manipulación de emisiones, pero sueña con salir del atolladero con un plan de cinco puntos.

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Imagen: picture-alliance/dpa/J. Woitas

Los hechos suelen ser testarudos. Aunque, con cierto esfuerzo lingüístico, se puede intentar encubrirlos, destacarlos, trivializarlos. Así, por ejemplo, mientras la prensa habla hace semanas del “diéselgate” o “escándalo de manipulación de emisiones”, VW se refiere vagamente al “tema diésel”. Los comunicados de prensa del gigante automovilístico no hablan de “fraude” sino de “irregularidades en el software empleado para determinados motores diésel”.

Y esa acrobacia lingüística se ha impuesto en el balance trimestral presentado por la empresa este miércoles (28.10.2015). Las agencias de noticias hablan de “números rojos” o, concretamente, de “pérdidas por 3.500 millones de euros”. Pero VW, desde otra galaxia, reporta orgulloso un crecimiento de las ventas de 147.700 a 160.300 millones de euros en comparación con el tercer trimestre del año anterior. El “resultado operativo sin contemplar efectos extraordinarios”, advierte, habría ascendido de 9,4 a 10,2 millones.

“Efectos extraordinarios”

Esos “efectos extraordinarios” –asociados al “tema diésel”, una formulación que aparece exactamente 22 veces en las 59 cuartillas del informe− han cavado un hondo hueco en el balance: por primera vez en los últimos 15 años, la mayor automotriz europea registra pérdidas trimestrales por cerca de 3.500 millones de euros.

Las pérdidas, cargadas a la marca principal de automóviles VW, se justifican por los miles de millones que la empresa reservó para enfrentar el “diéselgate”. El nuevo jefe de VW, Matthias Müller, espera una clara caída en los ingresos anuales. Pero a los inversores no les asombra ni asusta este balance púrpura. Por el contrario: muchos pensaron que sería peor. No obstante, las últimamente maltrechas acciones subieron un buen 4 por ciento, ubicándose en la cima del índice alemán DAX.

Todo sería casi perfecto sin esos “efectos extraordinarios”. Las ganancias de Audi subieron de 3.800 a 4.000 millones de euros. Las de Skoda, de 651 a 734 millones. La filial española Seat transformó pérdidas de 82 millones en 12 millones de ganancias, mientras la nueva filial Porsche subió de 1.900 a 2.500 millones.

Plan de cinco puntos

6.700 millones de euros ha reservado VW para el llamado a talleres y reacondicionamiento de millones de vehículos manipulados. Las reservas totales de la empresa, que aún pareciera nadar en capital, ascienden a 28.000 millones. Pero VW no ha previsto reservas para litigios legales, que podrían salir bien caros en Estados Unidos y elevar los daños hasta 30.000 millones, de acuerdo con analistas del ramo como Frank Schwope, del banco comercial sajón NordLB, según cita la agencia de noticias Reuters.

Entretanto Matthias Müller forma parte de la delegación empresarial que acompañará este mismo miércoles a la canciller alemana en un viaje a China, en el que tendrá ocasión de explicar a Angela Merkel los pormenores de este escándalo. Para aliviar el impacto del fraude, el jefe de VW acaba de presentar un plan de cinco puntos. Su prioridad, dice, serán los clientes afectados.

Además, aspira a “revelar la verdad y aprender de ello”, para lo que VW ha contratado a la auditora Deloitte. En tercer lugar, se apuesta por introducir nuevas estructuras en el grupo, descentralizar marcas y regiones, y examinar la rentabilidad de sus más de 300 modelos.

Müller asegura, asimismo, que su objetivo no está en vender 100.000 vehículos más o menos que la competencia sino en crecer “cualitativamente”, para lo cual anunció que renovará la actual “Estrategia 2018”, con una estrategia hasta 2025, que deberá presentarse el año entrante. El plan prevé también cambios en la cultura empresarial: mayor apertura y cooperación, mejor comunicación y gestión de crisis; todas promesas que, por el momento, aún no se notan en los comunicados de prensa del consorcio sobre su misterioso “tema diésel”.