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Wholetrain: un tren cubierto de graffitis

Luna Bolívar Manaut6 de octubre de 2006

Esperando al tren en una estación alemana, no sorprende cuando éste aparece oliendo a spray recién impregnado. Este acto controvertido es el punto de partida de una nueva película germana que lleva por título Wholetrain.

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Ante una superficie lisa: el graffiti en su paraíso.Imagen: PA/dpa

Hace poco más de un año, la discusión que rodea a los graffitis llegó hasta las más altas esferas políticas alemanas. La pregunta era la de siempre: ¿atentado contra la propiedad o forma de arte que necesita su espacio? La respuesta nunca llegó a concretarse. Y la discusión en torno a los graffitis regresó al mismo limbo del que había salido.

De lo que ahora no cabe duda es de que los graffitis de Florian Gaag son una obra de arte. No pictórica, pero cinematográfica. El director alemán debuta en la gran pantalla con una película dedicada a tres héroes del spray. David, Tino y Elyas sueñan con lograr un "wholetrain": un tren por ellos tatuado que recorra toda la ciudad dando testigo de su existencia.

Grafitti
Imagen: PA/dpa

Filosofía del viejo Continente

El film de Gaag tiene algo de documental. El estilo es rápido, ágil, como los mismos sprayers. De fondo suena, no podría ser de otro modo, un poco de Hip Hop. Mientras, David, Tino y Elyas luchan por mantenerse fieles al estilo que los diferencia de los otros pintores de paredes, pero sin caer jamás en el inmovilismo: nada sería peor que quedar anticuado.

Los protagonistas de Wholetrain defienden toda una filosofía de vida alejada de cualquier improvisación. Tienen su crew, su grupo. Tienen sus leyes y sus normas. Sus ideas y su modo particular de sopesar las cosas.

Florian Gaag estudió en Nueva York y pudo observar de cerca ese mundo de bandas de barrio y del arte a pie de calle. Pero Wholetrain no es una película estadounidense. Es una obra europea que muestra el día a día en una sociedad y una ciudad del viejo Continente.

Grafitti - Grossbild
Imagen: nbd

Sin el apoyo de la Deutsche Bahn

Wholetrain tuvo que rodarse en Varsovia. Las estaciones de tren alemanas estaban vetadas para Florian Gaag y su equipo de rodaje. La Deutsche Bahn, la empresa ferroviaria de Alemania, no quiso dar su apoyo a una película que convierte en héroes a quienes a diario "vejan" sus trenes.

Pero Wholetrain está lejos de ser un canto a la utopía. Tras la pasión "graffiteadora" de David, Tino y Elyas se esconden tres chicos con problemas, en un mundo que demasiadas veces les cierra la puerta.

Problemas económicos, malas relaciones con los padres, encontronazos con la Justicia, errores de adolescentes que se pagan caro. La película tiene alto contenido social. Su argumento es la realidad de hoy: una realidad dura, lejana para muchos europeos que siguen sin darse cuenta de que más allá de su ciudad existe otra ciudad en la que habitan las dificultades.