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La marcha de los refugiados

6 de octubre de 2012

El suicidio de un refugiado iraní fue el catalizador de una inusual marcha de protesta que comenzó en Baviera y culminó en Berlín para demandar que se mejoren las condiciones en que viven los solicitantes de asilo.

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La marcha llegó a Berlín.
La marcha llegó a Berlín.Imagen: dapd

Una inusual marcha de protesta que comenzó el 8 de septiembre con apenas veinte personas en la ciudad bávara de Wurzburgo alcanzó su destino este sábado (6.10.2012), robustecida por aquellos que se le unieron en el camino: aproximadamente 200 refugiados llegaron a la Oranienplatz, en el barrio berlinés de Kreuzberg, para llamar la atención hacia la forma en que son tratados los solicitantes de asilo en Alemania. La caminata de 600 kilómetros no le quitó fuerza al grito de desesperación de los manifestantes; al contrario.

“¡Miren cómo nos tratan! Nos encierran, nos aíslan de la sociedad y nos prohíben trabajar. Están destruyendo la vida de gente razonable. Los refugiados hemos dicho: ‘¡Ya basta, llegó la hora de actuar!’ ”, comentó Salomon Wandchoucou, de 39 años, quien espera respuesta a su solicitud de asilo desde hace una década. La incertidumbre en torno a si podrá permanecer legalmente en Alemania o si será repatriado a su país de origen –en su caso, Benín– es una angustia que los demás manifestantes conocen bien.

Lo que motivó esta protesta fue el suicidio de un iraní, ocurrido a principios de año en el centro de refugiados de Wurzburgo y atribuido a las circunstancias en que viven los solicitantes de asilo en territorio germano. Los manifestantes y organizaciones como ProAsyl, que apoyaron la marcha, exigen que se deroguen las normas que obligan a los refugiados a alojarse en centros de acogida hacinados y a radicarse en un determinado lugar una vez que han recibido asilo. También demandan que se les permita participar en el mercado laboral.

La marcha se vio acechada por neonazis en Potsdam, pero los refugiados fueron apoyados por simpatizantes.
La marcha se vio acechada por neonazis en Potsdam, pero los refugiados fueron apoyados por simpatizantes.Imagen: picture-alliance/dpa

“Alojamientos penosos e infrahumanos”

El número de expatriados en la marcha fue creciendo a medida que ésta atravesaba los Länder de Baviera, Turingia, Sajonia, Sajonia-Anhalt y Brandeburgo. En este último Estado federado fueron recibidos por una docena de neonazis, adscritos al Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD); pero los refugiados contaron con el respaldo de un número de simpatizantes mucho mayor. El Gobierno de la ciudad de Berlín anunció que tolerará el campamento erigido en la Oranienplatz para acoger a los manifestantes durante algunas semanas.

Allí, al calor del momento, aprovecharán para discutir las siguientes acciones por emprender. El 13 de octubre se encaminarán hacia el Bundestag para hacerle llegar sus quejas y proposiciones al Gobierno alemán… o a la oposición. La presidenta de Los Verdes, Claudia Roth, da la impresión de tener oído para el clamor de los refugiados: “Algunos políticos tienen la esperanza de que los alojamientos penosos e infrahumanos persuadirán a los asilados de regresar por donde vinieron”, lamentaba Roth hace poco en un comunicado.

Autores: Oliver Soos / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse