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¿Y la asociación estratégica para el siglo XXI?

Mirjam Gherke10 de mayo de 2006

Magro es el balance, que con vistas a la cumbre de Viena, se saca de la "asociación estratégica" entre América Latina y la Unión Europea acordada en 1999.

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¿Han avanzado las relaciones desde las cumbres anteriores?Imagen: AP

Por cuarta vez se encuentran los jefes de Estado y de Gobierno de los 25 países miembro de la Unión Europea con sus 33 homólogos de América Latina y el Caribe. En la primera cumbre de este tipo, que tuvo lugar en Río de Janeiro en 1999, se acordó para el siglo XXI una "asociación estratégica" con América Latina. Ésta debía ser realizada a tres niveles: cooperación económica, diálogo político y ayuda al desarrollo. El balance, sin embargo, es bastante magro.

Nivel de cooperación económica

América Latina ocupa un puesto más bien insignificante en el rubro de comercio exterior de la Unión Europea: el porcentaje de importaciones y exportaciones es apenas del 3% del volumen total de la Unión Europea, quedando con ello por detrás del de Suiza. Al revés, sin embargo, es el mayor inversionista en América Latina y el segundo importador en importancia después de Estados Unidos. Acuerdos de libre comercio existen sólo entre la Unión Europea y México y entre la Unión Europea y Chile.

Las negociaciones con el Mercosur se encuentran congeladas desde hace años. Los países del Mercosur exigen una apertura del sector agrícola para sus exportaciones -sobre todo trigo, soja, azúcar y carne de res-, lo que el poderoso lobby agrícola europeo ha sabido impedir con éxito. En la Cumbre de Viena estará el tema sobre la mesa, a pesar de que probablemente no haya resultados concretos. Ambos lados están esperando los resultados de la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio. La Unión Europea exige a cambio de la apertura del mercado agrícola, la liberalización del comercio de productos industriales y, sobre todo, la del sector de servicios. El mismo Mercosur se encuentra debilitado por pleitos comerciales entre Argentina y Bolivia. Además, Uruguay ha amenazado con abandonar el bloque y crear un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

La nacionalización del gas y la industria petrolera boliviana y el acuerdo de cooperación en el sector energético entre Venezuela, Argentina, Bolivia y Cuba se observa con interés y escepticismo. La nacionalización del sector energético boliviano afecta directamente tanto al consorcio brasileño Petrobrás como a la empresa española Repsol YPF, a la británica BP, a la British Gas y al grupo francés Total.

Diálogo político

A nivel del diálogo político, la Unión Europea y América Latina persiguen un gran objetivo común: en el marco de las reformas de la ONU aumentar su peso político internacional e impedir posibles unilateralismos de Estados Unidos. Del mismo modo que Francia y Alemania, México, Chile, Argentina y Brasil se opusieron a la guerra contra Irak. Con todo hay que decir que la postura de la Unión Europea se ha acercado a la estadounidense desde los atentados del 11 de septiembre: las relaciones entre la Unión Europea y Cuba están congeladas y el diálogo político, por lo pronto, suspendido.

La guerra civil en Colombia es valorada por la Unión Europea como un conflicto interno del país. El conflicto, sin embargo, desde la creación del Plan Colombia en 1998 y el consiguiente apoyo militar de Estados Unidos en contra del narcotráfico y la guerrilla se extendió a los países limítrofes Brasil y Venezuela, amenazando con convertirse en un problema de seguridad regional.

América Latina es la región del mundo con la más injusta distribución del ingreso. En esa medida la ayuda europea al desarrollo debe cuestionarse qué resultados ha obtenido en las últimas décadas. Para posibilitar a estos países -de los cuales buena parte está altamente endeudada- una salida de la pobreza no basta con la concesión de fondos destinados según criterios como good governance, reformas impositivas o lucha contra la corrupción. Sin una condonación de la deuda, a los países no les queda margen para reformas sociales.

Así como en la anteriores de Río, Madrid y Guadalajara, en la cumbre de dos días de Viena se hablará de una amplia gama de temas, desde el fomento de la democracia y los derechos humanos pasando por el combate de la criminalidad organizada hasta la protección al medio ambiente, la cooperación en el sector energético y el desarrollo del comercio bilateral.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Walter Steinmeier, anunció después de su gira por América Latina que el continente debería volver a ser foco de interés europeo. En Viena se mostrará en dónde pone Europa sus prioridades y cuán unida se presenta América Latina.