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¿Y los refugiados en su propia tierra?

Mirra Banchón20 de junio de 2006

En 2005 bajó el volumen de personas que han huido de su país debido a guerras o persecución, informa ACNUR con motivo del Día Internacional de los Refugiados. A primera vista una buena noticia.

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Un refugiado afgano en un campamento de Noruega durante una huelga de hambreImagen: Ratbil Shamel


Por una buena noticia pasan las cifras del Alto Comité de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) hechas públicas en el Día Internacional dedicado a "las personas que se ven obligadas a buscar refugio fuera de su patria a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas": en 2005 huyeron de su país de origen 8,4 millones de personas, un millón menos que en 2004, y la menor cifra registrada en los últimos 26 años.

Refugiados interiores y desplazados

Con todo y lo bien que pueda sonar la noticia, las cifras son engañosas: el número de refugiados ha bajado también debido a que las fronteras y sus controles se han fortalecido y no a que haya menos conflictos que obliguen a pueblos enteros a desplazarse, migrar o huir. Pero salir hacia el país vecino no es tan sencillo y cada vez es más difícil hacerlo hacia países lejanos. Así se convierten en "desplazados" o "refugiados interiores", para los que no existe protección internacional y escasas estadísticas. Hay que reconocer, sin embargo, que en los últimos veinte años el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y el movimiento de organizaciones no gubernamentales han intentado ampararlos. Se calcula bajo este rubro para el año 2005 a unos 25 millones de personas.

La labor de ACNUR

El Alto Comité para los Refugiados fue creado en 1954 para asistir a los tuvieron que abandonar su hogar debido a la guerra en Europa. Su mandato original de tres años fue renovado una y otra vez para un período de cinco años, hasta el año 2004 cuando se decidió que fuera ilimitado. Su misión, subordinada a la convención de Ginebra, es velar por la ejecución del acuerdo internacional para la protección de los refugiados y asistirlos en la búsqueda de soluciones duraderas. Entre éstas están el regreso voluntario a su patria, su integración en el país de asilo o su traslado a un país tercero. Desde su creación ACNUR, según sus propias cifras, ha apoyado en estos propósitos a 30 millones de personas.

Sin embargo…

…tanto las guerras civiles en diversas partes del mundo como la ola de inmigrantes que ilegalmente pretenden entrar a territorio "seguro" pone de manifiesto diariamente que el asunto de los refugiados rebasa la asistencia que pueda prestar ACNUR en su encomiable labor. En este sentido se manifestó la encargada alemana para las Migraciones. Maria Böhmer: "La mejor protección para los refugiados es mejorar la situación de los derechos humanos en los países de origen y la pacificación de los conflictos militares".

Ésa es la directriz que va tomando en la humanista Europa la protección al refugiado: la mejor asistencia que se les puede prestar es evitar las condiciones que los llevan a huir o emigrar. A a la vez se trata de mejorar las medidas de control de fronteras para evitar que una gran ola de refugiados "sin papeles" -que no pueden ser devueltos a ningún país- llegue a los abarrotados campos de detención de refugiados en las fronteras de la UE. Cabe anotar de que después de que la Unión Europea concluyera a comienzos de junio con una primera etapa en la armonización del derecho de asilo existe en una lista de "países seguros" de donde no se aceptará peticiones en este sentido.

Spanien Flüchtlinge aus Afrika
Refugiado africano en EspañaImagen: AP

Resumiendo: que haya cada vez más seres humanos en el hemisferio sur huyendo de la guerra, la persecución o la miseria, mientras la cifra de las peticiones de asilo disminuye, se debe, en el caso de Europa, a mayores restricciones, mejores controles y a una política que, a largo plazo, prevé asistencia en los países de origen aportando a solucionar las causas de ese desplazamiento. Hasta eso, creando campos de asistencia humanitaria en las fronteras y con discursos bonitos por el Día Internacional del Refugiado se habrá hecho bastante. ¿O no?