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Yemen: otro riesgo más para la región

Kersten Knipp (JOV/VC)26 de marzo de 2015

Atendiendo el pedido de auxilio del presidente electo de Yemen, Arabia Saudita lanzó una intervención internacional en ese país. Una confrontación directa con Irán podría ser la consecuencia.

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Ataques aéreos de Arabia Saudita contra rebeldes hutíes en Yemen, este 26 de marzo de 2015.
Ataques aéreos de Arabia Saudita contra rebeldes hutíes en Yemen, este 26 de marzo de 2015.Imagen: picture alliance/AA/Yiter

Las autoridades saudíes anunciaron este 26 de marzo que bombardearon el palacio presidencial y el aeropuerto de Saná, la sala de operaciones mixtas de la Fuerza Aérea y el cuartel Rima Hamid, en el marco de la operación contra el movimiento chií de los hutíes, en Yemen.

El cuartel Rima Hamid está ubicado en la zona de Senhan, feudo del expresidente yemení Ali Abdalá Saleh, al que se acusa de respaldar al movimiento chií que busca derrocar al actual presidente electo de Yemen, Abdo Rabu Mansur Hadi.

Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar y Baréin decidieron este 26 de marzo responder a la petición del presidente yemení de actuar militarmente para frenar el avance de los rebeldes hutíes. A esta coalición de los países del Golfo, liderada por Riad, se han unido otros países árabes como Egipto, Jordania y Sudán.

Por su parte, el presidente de EE.UU., Barack Obama, autorizó apoyo logístico y de inteligencia a la intervención árabe, aunque precisó que las fuerzas estadounidenses no tendrán una acción militar directa.

El presidente electo de Yemen, Abd Mado Mansur Hadi, huyó de las tropas de los hutíes de la capital Saná en el puerto de Adén, y ahora ha huido de nuevo a un lugar desconocido. Esta situación muestra la vertiginosa degradación de la situación de seguridad en el extremo sur de la Península Arábiga.

Intervención como advertencia

“Mucho, en el corto plazo”, escribe el politólogo Gamal Gasim en un análisis para la cadena de televisión Al Jazeera. “Una intervención militar podría evitar que Saná y otras ciudades como Adén caigan en manos de las milicias y su aliado, el expresidente Ali Abdullah Saleh.

Saleh se apoya en las armas de las milicias hutíes para derrocar a Hadi y regresar al palacio presidencial, de donde salió forzosamente en 2011. Al parecer, Saleh arriesga la división del país por volver a ser presidente.

Una intervención militar contra las milicias de Saleh sería también una clara advertencia a Irán. Según Arabia Saudita, los hutíes son “títeres de Teherán”, que busca expandir su influencia en la Península Arábiga.

Irán: ¿el nuevo poder regional?

Poderío militar iraní en el Día de la Fuerzas Armadas en Teherán.
Poderío militar iraní en el Día de la Fuerzas Armadas en Teherán.Imagen: IRNA

La tentación de Teherán debe ser grande, toda vez que, apenas hace unos días, las últimas fuerzas estadounidenses estacionadas en el extremo sur de la Península Arábiga abandonaron Yemen, definitivamente. Una operación que es interpretada por Riad como un indicio de que Washington está cortejando a Irán como nuevo aliado, a expensas del legendario eje saudí-estadounidense.

Esto tiene en estado de alarma a los saudíes que saben que Irán ha ampliado exitosamente su supremacía estratégica, desde el estallido de las “revoluciones árabes”: en Siria, Teherán ha contribuido significativamente a que Bashar al-Assad haya sobrevivido, hasta ahora, a la sublevación contra su régimen. Irán apoya además, a Irak en su lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico. El régimen mulá tiene también en el Líbano un fuerte aliado.

Por último, Irán también podría tratar de expandir su influencia en Bahrein que, pese a que la mayoría de su población es chií, es dirigido por una familia real suní.

Los riesgos de una intervención

Lo que nadie puede garantizar es que una intervención militar tenga los resultados deseados: la defensa de la legitimidad del gobierno de Hadi. Un fracaso de la operación le significaría a Arabia Saudita una degradación de la seguridad en la frontera con Yemen. Los hutíes, además, buscarían desacreditar a Hadi, como supuesta “marioneta de Riad”.

Sea como sea, una intervención agravaría las tensiones con Irán. En el actual enfrentamiento entre Arabia Saudita e Irán, Teherán siempre se ha impuesto. Tanto en Siria como en Irak, Teherán ha prevalecido. Arabia Saudita quiere evitar que la violencia terrorista del Estado Islámico salte a Yemen.

Al Qaeda, por su parte, está ya presente en Yemen, desde hace años. Pero el EI parece ganar terreno en ese país: dicho grupo terrorista se adjudicó la autoría de los atentados del viernes 20 de marzo a dos mezquitas chiítas, en los que murieron 140 personas.

La intervención de Arabia Saudita en Yemen tiene grandes riesgos estratégicos y políticos y aún no está claro cómo lo interpretará Irán.