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Yemen, zona de riesgo

1 de noviembre de 2010

Los paquetes con explosivos procedentes de Yemen han puesto en evidencia la expansión de la red de Al Qaeda y también la necesidad de ocuparse de ese país de la Península Arábiga, opinan los editorialistas europeos.

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Precaria es la situación en Yemen.Imagen: picture-alliance/dpa

Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno: “Este país del sur de la Península Arábiga se ha convertido en zona de repliegue, reclutamiento y operación de Al Qaeda; su ramificación se aprovecha de la debilidad del gobierno central, tanto como de las pugnas tribales. Reiteradamente Yemen ha sido escenario de atentados; hoy, las células islamistas se encuentra allí al inicio de una cadena que une a Estados y continentes. Lo que eso significa para el trabajo de los servicios de inteligencia y para la política internacional es evidente: si un país como ése desaparece de los radares de la atención pública mundial, habrá que pagar algún día un alto precio. El hecho de que ahora hayan podido evitarse los atentados revela sin embargo también cuán estrecha es entretanto la colaboración entre los servicios de seguridad”.

Apoyo para Yemen

The Independent, de Londres: “Este atentado abortado demuestra que Al Qaeda se ha extendido mucho más allá de la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán. Los combatientes tienen una zona de repliegue en la Península Arábiga y en el Cuerno de África. Eso refuta cualquier afirmación de que la presencia de tropas de la OTAN en Afganistán impide atentados terroristas contra objetivos occidentales. Ciertamente, la seguridad del transporte aéreo de carga debe ser revisada nuevamente. Pero hay que cuidarse de reacciones desproporcionadas. Los gobiernos occidentales deben colaborar con los servicios de seguridad yemenitas para desbaratar las redes terroristas. Eso implica también respaldar al débil gobierno de Sanaa y ayudar a Yemen a hacer algo contra su desastrosa tasa de desempleo del 35 por ciento.”

Metas fallidas

Libération, de París: “Al Qaeda pretendía expulsar a los occidentales de los países islámicos. En una absurda y sangrienta contradicción, la organización sobre todo ha logrado atraer tropas occidentales a Irak y Afganistán, es decir, precisamente a los territorios que les quería vedar. Además quería debilitar a sus enemigos, sobre todo a Estados Unidos. Lo que consiguió fue lo contrario. La eficiencia de las policías occidentales se fortaleció notablemente. Muchos líderes terroristas han muerto en forma violenta y la mayoría de los atentados han podido ser evitados en los últimos años. Ciertamente, eso no es una garantía para el futuro, pero en esta larga lucha de incierto desenlace se podrá mantener la mente fría.”

Seguridad en la carga aérea

Financial Times, en su edición alemana: “Las empresas tendrán que asumir mayores costos en aras de la seguridad, ya sea directamente a través de pagos y personal, o indirectamente, en forma de atrasos en los despachos. Sin embargo, como suele ocurrir en la lucha contra el terrorismo, la dificultad radicará en encontrar un balance adecuado entre libertad y seguridad. En lo tocante a los controles de pasajeros, ese equilibrio se perdió en los últimos años. También muchos políticos lo han admitido entretanto. Con razón la UE se propone volver a flexibilizar por ejemplo las rígidas disposiciones sobre líquidos en el equipaje de mano. Pese a todo el susto por los últimos atentados abortados, el mundo occidental tendrá que aprender a vivir con el peligro latente del terrorismo. Y tendrá que endurecer las reglas allí donde sea necesario, pero no debe caer en la histeria.”

ERS/dpa

Editora: Claudia Herrera Pahl